Excepto las de la imaginación había perdido todas las batallas. un domingo sin fútbol nos contó,vencido, que tiraba la toalla y nadie lo creyó. pero, esta vez, no iba de farol; al día siguiente se afanó una cuerda y, en lugar de rezar una oración, mandó el mundo a la mierda y de "un palo borracho" se colgó.
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